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Revoluciones Latinoamérica es un blog informativo y de análisis sobre el acontecer diario en América Latina, administrado por Mónica Solís y creado por Samuel R. García en agosto del 2009. Aquí encontrarás la información puntual y objetiva sobre lo que sucede en países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

Una causa justa que defender y la esperanza de seguir adelante

Publicado por Unknown jueves, 13 de agosto de 2009 0 comentarios

Fidel Castro

Durante las últimas semanas, el actual Presidente de Estados Unidos se empeña en demostrar que la crisis va cediendo como fruto de sus esfuerzos para enfrentar el grave problema que Estados Unidos y el mundo heredaron de su predecesor.

Casi todos los economistas hacen referencia a la crisis económica que se inició en octubre de 1929. La anterior había sido a finales del Siglo XIX. La tendencia bastante generalizada en los políticos norteamericanos es la de creer que tan pronto los bancos dispongan de suficientes dólares para engrasar la maquinaria del aparato productivo, todo marchará hacia un idílico y jamás soñado mundo.

Las diferencias entre la llamada crisis económica de los años 30 y la actual son muchas, pero me limitaré sólo a una de las más importantes.

Desde finales de la Primera Guerra Mundial el dólar, basado en el patrón oro, sustituyó a la libra esterlina inglesa debido a las inmensas sumas de oro que Gran Bretaña gastó en la contienda. La gran crisis económica se produjo en Estados Unidos apenas 12 años después de aquella guerra.

Franklin D. Roosevelt, del Partido Demócrata, venció en buena medida ayudado por la crisis, como Obama en la crisis actual. Siguiendo la teoría de Keynes, aquel inyectó dinero en la circulación, construyó obras públicas como carreteras, presas y otras de incuestionable beneficio, lo que incrementó el gasto, la demanda de productos, el empleo y el PIB durante años, pero no obtuvo los fondos imprimiendo billetes. Los obtenía con impuestos y con parte del dinero depositado en los bancos. Vendía bonos de Estados Unidos con interés garantizado, que los hacían atractivos para los compradores.

El oro, cuyo precio en 1929 estaba a 20 dólares la onza troy, Roosevelt lo elevó a 35 como garantía interna de los billetes de Estados Unidos.

Sobre la base de esa garantía en oro físico, surgió el Acuerdo de Bretton Woods en julio de 1944, que otorgó al poderoso país el privilegio de imprimir divisas convertibles cuando el resto del mundo estaba arruinado. Estados Unidos poseía más del 80% del oro del mundo.

No necesito recordar lo que vino después, desde las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, ─acaban de cumplirse 64 años del genocidio-, hasta el golpe de Estado en Honduras y las siete bases militares que el gobierno de Estados Unidos se propone instalar en Colombia. Lo real es que en 1971, bajo la administración de Nixon, el patrón oro fue suprimido y la impresión ilimitada de dólares se convirtió en la más grande estafa a la humanidad. En virtud del privilegio de Bretton Woods, Estados Unidos, al suprimir unilateralmente la convertibilidad, paga con papeles los bienes y servicios que adquiere en el mundo. Es cierto que a cambio de dólares también ofrece bienes y servicios, pero también lo es que desde la supresión del patrón oro, el billete de ese país, que se cotizaba a 35 dólares la onza troy, ha perdido casi 30 veces su valor y 48 veces el que tenía en 1929. El resto del mundo ha sufrido las pérdidas, sus recursos naturales y su dinero han costeado el rearme y sufragado en gran parte las guerras del imperio. Baste señalar que la cantidad de bonos suministrados a otros países, según cálculos conservadores, supera la cifra de 3 millones de millones de dólares, y la deuda pública, que sigue creciendo, sobrepasa la cifra de 11 millones de millones.

El imperio y sus aliados capitalistas, a la vez que compiten entre sí, han hecho creer que las medidas anti crisis constituyen las fórmulas salvadoras. Pero Europa, Rusia, Japón, Corea, China e India no recaudan fondos vendiendo bonos de la Tesorería ni imprimiendo billetes, sino aplicando otras fórmulas para defender sus monedas y sus mercados, a veces con gran austeridad de su población. La inmensa mayoría de los países en desarrollo de Asia, África y América Latina es la que paga los platos rotos, suministrando recursos naturales no renovables, sudor y vidas.

El TLCAN es el más claro ejemplo de lo que puede ocurrir con un país en desarrollo en las fauces del lobo: ni soluciones para los inmigrantes en Estados Unidos, ni permiso para viajar sin visa a Canadá pudo obtener México en la última Cumbre.

Adquiere, sin embargo, plena vigencia bajo la crisis el más grande TLC a nivel mundial: la Organización Mundial de Comercio, que creció bajo las notas triunfantes del neoliberalismo, en pleno apogeo de las finanzas mundiales y los sueños idílicos.

Por otro lado, la BBC Mundo informó ayer, 11 de agosto, que mil funcionarios de Naciones Unidas, reunidos en Bonn, Alemania, declararon que buscan el camino para un acuerdo sobre el cambio climático en diciembre de este año, pero que el tiempo se estaba acabando.

Ivo de Boer, el funcionario de mayor rango de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, dijo que solo faltaban 119 días para la Cumbre y tenemos “una enorme cantidad de intereses divergentes, escaso tiempo de discusión, un documento complicado sobre la mesa (doscientas páginas) y problemas de financiación…”

“Las naciones en desarrollo insisten en que la mayor parte de los gases que producen el efecto invernadero provienen del mundo industrializado.”

El mundo en desarrollo alega la necesidad de ayuda financiera para lidiar con los efectos climáticos.

Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, declaró que: “Si no se toman medidas urgentes para combatir los cambios climáticos pueden llevar a la violencia y a disturbios en masa a todo el planeta.”

“El cambio climático intensificará las sequías, inundaciones y otros desastres naturales.”

“La escasez de agua afectará a cientos de millones de personas. La malnutrición va a arrasar con gran parte de los países en desarrollo.”

En un artículo del The New York Times el pasado 9 de agosto se explicaba que: “Los analistas ven en el cambio climático una amenaza para la seguridad nacional.”

“Semejantes crisis -continúa el artículo- provocadas por el clima pudieran derrocar gobiernos, estimular movimientos terroristas o desestabilizar regiones completas, afirman analistas del Pentágono y de agencias de inteligencia que por primera vez están estudiando las implicaciones del cambio climático en la seguridad nacional.”

“‘Se vuelve muy complicado muy rápidamente’, dijo Amanda J. Dory, Secretaria de Defensa Adjunta para Estrategia, que trabaja con un grupo del Pentágono asignado a incorporar el cambio climático a la planificación de la estrategia nacional de seguridad.”

Del artículo de The New York Times se deduce que todavía en el Senado no todos están convencidos de que se trata de un problema real, ignorado totalmente hasta ahora por el gobierno de Estados Unidos desde que se aprobó hace 10 años en Kyoto.

Algunos hablan de que la crisis económica es el fin del imperialismo; quizás habría que plantearse si no significa algo peor para nuestra especie.

A mi juicio, lo mejor siempre será tener una causa justa que defender y la esperanza de seguir adelante.
Fidel Castro Ruz
Agosto 12 de 2009
9 y 12 p.m.

Agencia Púlsar

Un comunicado publicado por el Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las víctimas de la Tortura (CPTRT), denuncia una serie de ataques militares contra diversas instituciones hondureñas.

En el texto se destaca la detención del defensor de los Derechos Humanos Alex Matamoros, ocurrida el 11 de agosto pasado.

Se trata de uno de los integrantes del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH), que gracias a la intervención de la directora de esa organización, Reina Rivera, quedó en libertad al día siguiente de su detención.

Matamoros se encontraba trabajando en la defensa de los estudiantes que fueron agredidos el mismo 11 de agosto durante una manifestación pacífica.

El comunicado del CPTRT da cuenta de las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante esa jornada y detalla las detenciones arbitrarias y disparos en perjuicio de campesinos, estudiantes y manifestantes.

También denuncia "las invasiones militares y policiales a la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, al Sindicato de Trabajadores de las Bebidas y Similares (STYBIS), y las que ocurrieron anteriormente en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH)".

El texto recuerda además los 27 campesinos detenidos en la Estación Policial CORE VII, "acusados injustamente de terrorismo".

Además detalla que el Congreso Nacional está elaborando mecanismos "legales" para el reclutamiento obligatorio de jóvenes para el Servicio Militar Obligatorio.

Esa actividad está prohibida en la Constitución de la República de Honduras luego de haber sido denunciada como "una verdadera casería humana durante la década de los años 80".

rt

Golpe de Estado en Honduras

Milson Salgado / Rebelión


Estados Unidos es Estados Unidos y la Doctrina Monroe y el Big Stick Policy no son un mecanismo internacional de extorsión de finales de siglo XIX ni de principios del XX, sino más bien la refundación torpemente sutil y claramente burda de su propia esencia expansionista en el propio siglo XXI, mal denominado posmoderno y globalizado.

El derrumbe de la economía mundial provocada por el juego digital de los especuladores de Wall Street precisaba un mesías con un perfil diferente al cowboy de Texas, que disparaba balas hasta en sus taimadas palabras de luterano del Mayflower. Pero las caras blancas, negras, amarillas, rojas, azules que llegarían a la presidencia de Estados Unidos no cambiarían en nada las líneas estructurales de la política exterior de un imperio que está ávido de mercados, territorios, colonias, bases militares, petróleo, místicas neoliberales y presidentes de frac bien educados que agachen la cabeza como los monjes budistas.

Nadie podía imaginarse que las encrucijadas del señor OBbama en sus primeros meses de mandato tras su apabullante popularidad se iban a cifrar en una provincia de Centroamérica. Esta Honduras insignificante -en sus jergas cosmopolitas- con sus hombres del paleolítico como golpistas por un lado y con una resistencia de hombres y mujeres heroicas por el otro, han desnudado los hilos políticos del poder en Washington, la verdad irrefutable de que el presidente de Estados Unidos es el encargado de la política interior y que la política exterior no se toca ni con el pétalo de una flor, a no ser para desestabilizar procesos populares.

Las declaraciones desafortunadas del presidente Obama en el sentido de calificar de hipócritas las peticiones para que Estados Unidos intervenga en la crisis política de Honduras, cuando quienes piden esto se quejaban en el pasado de su intervencionismo desmedido en la región, están provistas de una ceguera ingenua o de una pragmática discursiva pedida al crédito a los señores republicanos. Y lo afirmo así porque no es una intervención militar la que pedimos, únicamente urgimos de una explicación coherente y efectiva para determinar si Estados Unidos estuvo o no involucrado en el golpe de Estado en Honduras, y la toma de medidas fuertes nos podrían persuadir de lo contrario. Pero, por otra parte, la puesta en práctica de la maquinaria del Pentágono, del Departamento de Estado y el mantenimiento de Robert Gates como Secretario de Defensa de Estados Unidos, quien además fue subdirector de la CIA en la época en que Honduras era la base de operaciones de la Contra y la tolerancia en los movimientos impunes de los halcones, nos clarifican la manida y vulgarizada verdad geopolítica de que el señor presidente es una patética postal de memoriales y Thanksgiving Day y que únicamente puede sentar a un policía blanco y a un maestro negro en su jardín de la Casa Blanca y beberse sus cervecitas para disipar los eternos prejuicios raciales, pero sus palabras pueden ser inadvertidas y pasar a la colección de lo risible para cerrar Guantánamo o quitarle la cooperación militar al ejercito sanguinario de Honduras.

Uno espera una respuesta contundente de Estados Unidos, porque fueron ellos los que adiestraron a estos generales en las prácticas de torturas y de la irracionalidad de sus paranoias ideológicas en la Escuela de las Américas, y tienen los calmantes para librarlos de sus fanatismos falsamente elaborados de salvar al mundo occidental asesinando a su propio pueblo. Además, es lo menos que uno le pide a Estados Unidos, porque son ellos los que proclaman como la trascendencia del sistema mundial la bonanza de la democracia electoral, y si ofrecen una actitud pasiva de tolerar la violación de sus propias reglas republicanas es porque la democracia se vuelve una comedia coyuntural a la que se recurre con la condición de que los pobres voten y sean botados en el eterno sistema de exclusiones. Y, por ultimo, uno pide mínimamente su involucramiento responsable, porque en resumidas cuentas quien enciende un fuego tiene el deber moral de apagarlo, si no las llamas llegarán incluso a los nebulosos y navideños vientos del norte.

Milson Salgado es Fiscal contra la Corrupción y escritor hondureño.

Uribe escala

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Umpiérrez

Fidel Castro

El concepto de nación surgió de la suma de elementos comunes como la historia, lenguaje, cultura, costumbres, leyes, instituciones y otros factores relacionados con la vida material y espiritual de las comunidades humanas.

Los pueblos de la América, por cuya libertad Bolívar realizó las grandes hazañas que lo convirtieron en El Libertador, fueron llamados por él a crear, como dijo: “la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”.

Antonio José de Sucre libró en Ayacucho la última batalla contra el imperio que había convertido gran parte de este continente en propiedad real de la corona de España durante más de 300 años.

Es la misma América que decenas de años más tarde, y cuando ya había sido cercenada en parte por el naciente imperio yanki, Martí llamó Nuestra América.

Hay que recordar una vez más que, antes de caer en combate por la independencia de Cuba, último bastión de la colonia española en América, el 19 de mayo de 1895, horas antes de su muerte, José Martí escribió proféticamente que todo lo que había hecho y haría era para “…impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.

En Estados Unidos, las 13 colonias recién liberadas no tardaron en extenderse desordenadamente hacia el Oeste en busca de tierra y oro, exterminando indígenas hasta que arribaron a las costas del Pacífico, competían los Estados agrícolas esclavistas del Sur con los Estados industriales del Norte que explotaban el trabajo asalariado, tratando de crear otros Estados para defender sus intereses económicos.

En 1848 arrebataron a México más del 50 por ciento de su territorio, en una guerra de conquista contra el país, militarmente débil, que los llevó a ocupar la capital e imponerle humillantes condiciones de paz. En el territorio arrebatado estaban las grandes reservas de petróleo y gas que más tarde suministrarían a Estados Unidos durante más de un siglo y lo siguen en parte suministrando.

El filibustero yanki William Walker, estimulado por “el destino manifiesto” que proclamó su país, desembarcó en Nicaragua en el año 1855 y se autoproclamó Presidente, hasta que fue expulsado por los nicaragüenses y otros patriotas centroamericanos en 1856.

Nuestro Héroe Nacional vio cómo el destino de los países latinoamericanos era destrozado por el naciente imperio de Estados Unidos.

Después de la muerte en combate de Martí se produjo la intervención militar en Cuba, cuando ya el ejército español estaba derrotado.

La Enmienda Platt, que concedía al poderoso país derecho a intervenir en la Isla, fue impuesta a Cuba.

La ocupación de Puerto Rico, que ha durado ya 111 años y hoy constituye el llamado “Estado Libre Asociado”, que no es Estado ni es libre, fue otra de las consecuencias de aquella intervención.

Las peores cosas para América Latina estaban por venir, confirmando las geniales premoniciones de Martí. Ya el creciente imperio había decidido que el canal que uniría los dos océanos sería por Panamá y no por Nicaragua. El istmo de Panamá, la Corinto soñada por Bolívar como capital de la más grande República del mundo concebida por él, sería propiedad yanki.

Aun así, hubo peores consecuencias a lo largo del Siglo XX. Con el apoyo de las oligarquías políticas nacionales, los Estados Unidos se adueñaron después de los recursos y de la economía de los países latinoamericanos; las intervenciones se multiplicaron; las fuerzas militares y policiales cayeron bajo su égida. Las empresas transnacionales yankis se apoderaron de las producciones y servicios fundamentales, los bancos, las compañías de seguros, el comercio exterior, los ferrocarriles, barcos, almacenes, los servicios eléctricos, los telefónicos y otros, en mayor o menor grado pasaron a sus manos.

Es cierto que la profundidad de la desigualdad social hizo estallar la Revolución Mexicana en la segunda década del Siglo XX, que se convirtió en fuente de inspiración para otros países. La revolución hizo avanzar a México en muchas áreas. Pero el mismo imperio que ayer devoró gran parte de su territorio, hoy devora importantes recursos naturales que le restan, la fuerza de trabajo barata y hasta lo hace derramar su propia sangre.

El TLCAN es el más brutal acuerdo económico impuesto a un país en desarrollo. En aras de la brevedad, baste señalar que el Gobierno de Estados Unidos acaba de afirmar textualmente: “En momentos en que México ha sufrido un doble golpe, no solo por la caída de su economía sino también por los efectos del virus A H1N1, probablemente queremos tener la economía más estabilizada antes de tener una larga discusión sobre nuevas negociaciones comerciales.” Por supuesto que no se dice una sola palabra de que, como consecuencia de la guerra desatada por el tráfico de drogas, en la que México emplea 36 mil soldados, casi cuatro mil mexicanos han muerto en el 2009. El fenómeno se repite en mayor o menor grado en el resto de América Latina. La droga no solo engendra problemas graves de salud, engendra la violencia que desgarra a México y a la América Latina como consecuencia del mercado insaciable de Estados Unidos, fuente inagotable de las divisas con que se fomenta la producción de cocaína y heroína, y es el país de donde se abastecen las armas que se emplean en esa feroz y no publicitada guerra.

Los que mueren desde el Río Grande hasta los confines de Suramérica son latinoamericanos. De este modo, la violencia general bate récord de muertes y las víctimas sobrepasan la cifra de 100 mil por año en América Latina, engendradas fundamentalmente por las drogas y la pobreza.

El imperio no libra la lucha contra las drogas dentro de sus fronteras; la libra en los territorios latinoamericanos.

En nuestro país no se cultivan la coca ni la amapola. Luchamos con eficiencia contra los que intentan introducir drogas en nuestro país o utilizar a Cuba como tránsito, y los índices de personas que mueren a causa de la violencia se reducen cada año. No necesitamos para ello soldados yankis. La lucha contra las drogas es un pretexto para establecer bases militares en todo el hemisferio. ¿Desde cuándo los buques de la IV Flota y los aviones modernos de combate sirven para combatir las drogas?

El verdadero objetivo es el control de los recursos económicos, el dominio de los mercados y la lucha contra los cambios sociales. ¿Qué necesidad había de restablecer esa flota, desmovilizada al final de la Segunda Guerra Mundial, hace más de 60 años, cuando ya no existe la URSS ni la guerra fría? Los argumentos utilizados para el establecimiento de siete bases aeronavales en Colombia son un insulto a la inteligencia.

La historia no perdonará a los que cometen esa deslealtad contra sus pueblos, ni tampoco a los que utilizan como pretexto el ejercicio de la soberanía para cohonestar la presencia de tropas yankis. ¿A qué soberanía se refieren? ¿La conquistada por Bolívar, Sucre, San Martín, O´Higgins, Morelos, Juárez, Tiradentes, Martí? Ninguno de ellos habría aceptado jamás tan repudiable argumento para justificar la concesión de bases militares a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, un imperio más dominante, más poderoso y más universal que las coronas de la península ibérica.

Si como consecuencia de tales acuerdos promovidos de forma ilegal e inconstitucional por Estados Unidos cualquier gobierno de ese país utilizara esas bases, como hicieron Reagan con la guerra sucia y Bush con la de Iraq, para provocar un conflicto armado entre dos pueblos hermanos, sería una gran tragedia. Venezuela y Colombia nacieron juntos en la historia de América tras las batallas de Boyacá y Carabobo, bajo la dirección de Simón Bolívar. Las fuerzas yankis podrían promover una guerra sucia como hicieron en Nicaragua, incluso emplear soldados de otras nacionalidades entrenados por ellos y podrían atacar algún país, pero difícilmente el pueblo combativo, valiente y patriótico de Colombia se deje arrastrar a la guerra contra un pueblo hermano como el de Venezuela.

Se equivocan los imperialistas si subestiman igualmente a los demás pueblos de América Latina. Ninguno estará de acuerdo con las bases militares yankis, ninguno dejará de ser solidario con cualquier pueblo latinoamericano agredido por el imperialismo.

Martí admiraba extraordinariamente a Bolívar y no se equivocó cuando dijo: “…así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo… calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.”
Fidel Castro Ruz
Agosto 9 de 2009
6 y 32 p.m.

Prensa Latina

El presidente de Honduras, José Manuel Zelaya, parte hoy de Brasil, donde recibió el apoyo del gobierno local y aseveró que no desistirá de volver a su país para cumplir el mandato que el pueblo le otorgó.

Zelaya, quien llegó a Brasilia la noche del lunes, se reunió el martes último con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y estuvo en el Congreso Nacional, donde recibió el respaldo de legisladores, quienes condenaron el golpe de Estado que lo sacó, no sólo del poder, sino hasta del país el 28 de junio pasado.

En declaraciones a la prensa, tras el encuentro de unas dos horas entre Lula y Zelaya, el canciller brasileño, Celso Amorim (también participó del diálogo), reveló la preocupación por la demora en el retorno al poder en Honduras del presidente electo por el pueblo.

"Es necesario no sólo que Zelaya vuelva, sino que vuelva rápido, y para eso es preciso que los golpistas entiendan que ellos no tienen futuro, y el que puede decir eso con todas sus letras es Estados Unidos, que tiene mayor influencia directa", aseguró Amorim.

Para ello, refirió que el mandatario brasileño se comprometió a hablar con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a fin de pedirle que presione económicamente al gobierno de facto para que se retire y permita el regreso de Zelaya lo más pronto posible y de manera incondicional.

Existen dos actores que pueden acabar con el gobierno golpista: la Organización de Estados Americanos (OEA) y Estados Unidos, ya que la primera tiene el poder del derecho y el segundo el poder efectivo, subrayó el canciller brasileño.

Aclaró que no se trata de solicitar una intervención de Washington en Honduras, pero si de profundizar las medidas de presión para acabar con la inestabilidad política en el país centroamericano.

Del encuentro con Lula, Zelaya se trasladó al Congreso Nacional, donde pidió a los legisladores apoyo contra el golpe de Estado en su país, al que comparó con una guerra y se viola la Constitución, la República y el pueblo.

Al hablar en el plenario del Senado Federal, Zelaya criticó lo que sucede en su país y aseveró que Honduras está siendo violada por un golpe militar, junto con grupos económicos y políticos, así como se vulneran los derechos humanos de los hondureños y hay censura de prensa.

En declaraciones a la prensa al salir del Congreso Nacional, Zelaya aseveró que "Honduras está sometida a una dictadura. Estados Unidos tiene que tomar medidas más firmes para revertir ese proceso de golpe de Estado", porque el 70 por ciento de la economía del país depende de la potencia norteña. Tras agradecer el apoyo de Brasil desde el mismo momento del golpe militar, apuntó que trató con Lula y Amorim las estrategias multilaterales, que envuelven a las Naciones Unidas y a la OEA, para evitar que en América Latina se repitan acciones similares.

Asimismo, señaló la coincidencia de que se adopte como norma desconocer cualquier elección que surja de un Estado ilegal, no sólo para el caso de Honduras, sino para cualquier otro que pueda aparecer en el futuro.

El jefe de Estado hondureño sostuvo que no desistirá de retornar a su país, pues "nadie puede separarme de mi familia, nadie puede quitarme el mandato que el pueblo me dió voluntariamente en las urnas, hacer eso es una ruptura del pacto social".

Subrayó que seguiré luchando indefinidamente, no hay tiempo determinado, pero si convicción de que solamente mi retorno a Honduras garantizará la paz.

Zelaya, quien sentenció que volverá más temprano que tarde al poder, se reunirá este jueves en Chile con la presidenta Michelle Bachelet.

ocs/ale

Prensa Latina

El Parlamento venezolano debatirá hoy en segunda discusión el proyecto de ley educativa, aprobado por unanimidad la semana pasada en la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional.

La propuesta del instrumento jurídico trata sobre la necesidad de rescatar la moral e identidad del país, respetar los principios constitucionales y pasa por revisar la responsabilidad del Estado en materia educativa, aseguró el jueves pasado la diputada María de Queipo.

Queipo recordó que este debate se viene dando hace años, desde 1999 cuando durante la instalación de la Asamblea Constituyente aprobamos documentos con sugerencias a la comisión de Educación del Parlamento.

Respecto a la campaña de desprestigio llevada a cabo por canales privados opositores para impedir la aprobación del instrumento legal, indicó que a los parlamentarios presentes en el proceso de aprobación de la ley "no se nos puede acusar de aventureros ni inmorales".

El ministro de Educación venezolano, Héctor Navarro, desmintió ayer la campaña promovida por medios privados opuestos al gobierno que pretende congelar la aprobación del proyecto.

Para Navarro, impera una campaña, basada en mentiras, y acusaciones sin fundamento realizada por diversos sectores contrarios a la propuesta legislativa en temas como la patria potestad, la autonomía universitaria y la religión.

Llamó a la oposición venezolana a centrar la discusión en el proyecto de ley real que se encuentra en la Asamblea Nacional y "no en mentiras como el tema de la patria potestad, que repito, no se toca en esta ley".

Acusó, sin mencionar nombres, a propietarios de medios comunicativos, a altas figuras de la Iglesia Católica y a ciertos gobernadores de mentir sobre el proyecto sometido este jueves a segunda discusión.

"Se ha dicho que queremos eliminar el papel de la familia. Creemos que la familia es fundamental en el proceso educativo, pero también creemos que debemos acompañarla. El docente debe ser acompañante de la familia en ese proceso de formación", remarcó.

Negó que la iniciativa jurídica exija la presencia de los consejos comunales en las escuelas y aclaró que esa organización de base es mencionada sólo en el artículo 16 como una de las organizaciones que conforman la comunidad.

El fin de semana último se publicó en los medios de comunicación nacional el citado proyecto para realizar la consulta popular.

ocs/rsm

Prensa Latina

Guatemala es hoy un importante trampolín para el tráfico de estupefacientes y eso es un gran problema, pero resulta también preocupante el escaso número de detenciones de sus responsables.

Los analistas expresan desasosiego a raíz de los últimos acontecimientos en esa materia, con sucesivos decomisos de drogas en los últimos días, o semanas, y la ausencia total de aprehensiones durante las operaciones policiales.

Más aún, y tal vez lo más preocupante señalado por esos expertos, es que las propias autoridades encargadas de combatir el narcotráfico están permeadas por ese mal, al punto que altos mandos participan directa o indirectamente en sus actividades.

No por gusto hace apenas siete días fue destituida la cúpula de la Policía Nacional Civil, incluido su comisario de máxima jerarquía, por la sustracción de una parte de un gran cargamento de cocaína capturado en esta capital.

Incluso uno de ellos, el único prófugo -para colmo de males-, es señalado como integrante de una banda, pues era el encargado de recibir aquí el estupefaciente presuntamente con destino a Estados Unidos, principal consumidor mundial.

Ese oficial, nada menos que jefe de operaciones de la División Especializada en Investigación Criminal, en principio se presentó en una unidad para -afirmó- aclarar su situación.

Sin embargo, casi como por arte de magia desapareció, y sigue desaparecido, en tanto el encargado de su custodia se deshizo en justificaciones poco creíbles por haberlo dejado escapar.

Por el momento, cuatro de los cinco removidos de sus cargos tienen orden de arraigo, imposibilitados de abandonar el país, mientras el Ministerio Público realiza las investigaciones del caso, uno de los más sonados de los últimos tiempos.

A pesar de ser el más estremecedor no es una excepción, pues las informaciones sobre incautaciones de drogas fluyen con una constancia inusitada desde varios puntos de Guatemala, pero hasta ahora estas no incluyen anuncios de arrestos.

Dos contenedores a bordo de sendas embarcaciones surtas en puertos, otro misteriosamente aparcado en un estacionamiento público, restos de una avioneta quemada y una más con su carga aparentemente incompleta, son algunos de los hallazgos más recientes.

No obstante, la historia data de más atrás con varios decomisos no del estupefaciente en sí sino de un precursor, la seudoefedrina, ampliamente utilizada en el orbe para producir drogas sintéticas que van desplazando a la cocaína y demás.

En esos casos solo fue reportada la captura de un hombre, quien al parecer de manera incauta y -¿por qué no?- sin un respaldo de peso, llevaba las tabletas en un auto.

De tal manera poco puede hacer el gobierno en el combate a este flagelo, por muy buenas y honestas sean sus intenciones, aseguraron fuentes con conocimiento de causa consultadas.

ocs/jf